La celebración más antigua del
Día de la Madre es mitológica. Empezó en la Grecia antigua, por las
festividades en honor a Rhea, la madre de los Dioses Júpiter, Neptuno y Plutón.
A principios del siglo XVII
Inglaterra empezó a dedicar el cuarto domingo de la Cuaresma a todas las madres
operarias. En este día ellas eran dispensadas de sus trabajos para que pudiesen
quedar en casa con sus hijos y sus madres. En este día denominado 'Domingo de
Servir a la Madre', se celebraba con la preparación de una tarta.
La madre del Día de la Madre.

Esa lucha la ayudó a salir de una profunda depresión debido al fallecimiento de su madre, y en poco tiempo la celebración se alastró por todo el país haciendo con que el Presidente Wilson oficializara el Día de Madre como día de fiesta nacional, siendo celebrado todos los segundos domingos del mes de mayo.
Con el tiempo, otros muchos países, de distintas partes del mundo, se fueron sumando a la celebración. La idea principal de Anna Javis era fortalecer los lazos familiares y el respeto por los padres. Un sueño realizado.
Pero con el tiempo, la
celebración fue perdiendo el sentido para ella. La popularidad de la fiesta
hizo con que la fecha se convirtiera en un día lucrativo para comerciantes,
principalmente para los que vendían claveles blancos, la flor que simboliza a
la maternidad.
Anna Javis, que pasó
prácticamente toda su vida luchando para que las personas reconociesen la importancia
y el valor de las madres, entró con un proceso para anular el Día de la Madre,
pero no tuvo éxito. "No crié el día de la madre para tener lucro",
dijo furiosa a un reportero, en 1923.Murió en 1948, a los 84 años de edad. Recibió tarjetas conmemorativas de todo el mundo durante años, pero no llegó a sentir lo que era ser Madre.
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